martes, 13 de noviembre de 2012

Animal Man Nº8: Cosas de Espejos.


Volvemos con Animal Man a revisar uno de los números más relevantes de la serie, en tanto empiezan a tirarse los dados de lo que serán las diversas líneas argumentales. Son varios los detalles que se disfrutan con el encanto de la re lectura, y pequeños momentos solo parecen intuir ideas a futuros, aunque a primera vista parecen solo cosas al azar. Por lo demás es una historia bastante sencilla de Buddy contra el Amo de los Espejos, batalla que desafía bastante toda sensación de lógica y nos habla de lo mágico de este género en realidad, porque a veces las cosas tienen re poco sentido, y ¡está bien!






Primero lo primero: Hay varios elementos extraños en esta historia...primeramente, un ordenador, o un pc de escritorio escribiendo cosas extrañas y un gato de fondo (que junto al perro de Buddy en un cuadro es el único animal de este número). En segundo lugar, los tres epílogos, sí, los tres epílogos de la historia. Uno que responde a la clásica tradición del enemigo que puede volver, mientras que los otros dos parecen solo seguir introduciendo confusiones, ¿qué tiene que ver Einstein en esto? Y finalmente, otro de los elementos raros de la historia es una sombra rondando la casa de los Baker. ¿Otro enemigo más? ¿Empresarios inescrupulosos espiando en formas más extrañas y fantasmagóricas?  Difícil decirlo aún.

Con respecto al dibujo, este número destaca por promover aún más la sensación de desconcierto. Por momentos se ve muy caricaturesco, e incluso algo tonto. Por momentos nos recuerda a una situación slap-stick (golpes, caídas, golpes casuales, golpes femeninos en lugares dolorosos, etc), y por lo mismo escasamente nos hace pensar en el comic más serio del momento.

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Los encuadres por momentos nos quieren llevar a esta lógica de los espejos, en general usando rectángulos en su mayoría, ubicados en separación y no superpuestos, como si de repente entráramos en un salón de estos mismos. El efecto es lúdico, y hace que la pelea, que parte extraña y termina aún más, parezca un divertimento casi circense, en el fondo es un show de freaks que poco tiene de serio (aún) y que por momentos uno diría: "Aah, otro número raro de Animal Man", y sí, esta en lo correcto, pero ciertamente el autor premia la constancia con una buena dosis de sentido a través de las pequeñas pistas que deja, además de un homenaje al estilo comic de otros años, donde las reglas parecen ser mucho menos relevantes que la diversión de adentrarse en un mundo que las escribe mientras avanza.
La única pista de cómo funcionan los poderes de este villano.

Y ciertamente mientras avanza, porque de la nada aparecen personajes en lugares inconexos, y motivos sospechosos que parece que tomarán unos números en solucionarse. Pero al menos ya sabemos que Buddy se está ganando algunos enemigos que lo quieren dejar fuera de su cruzada animalista.

Ciertamente otro número memorable y el inicio del final de Grant Morrison en la serie (aunque falten como 20 números más). Saludos! Comenten algo de repente, que me alegra!

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